32 Pasada la fiesta de Pentecostés, se pusieron en marcha contra Gorgias, gobernador de Idumea,
33 el cual se presentó a combate con tres mil soldados de infantería y cuatrocientos de caballería.
34 En la batalla cayeron algunos judíos.
35 Un tal Dositeo, un valiente jinete de los hombres de Bacenor, agarró a Gorgias por el manto y comenzó a arrastrarlo, intentando capturar vivo a aquel criminal. Pero un jinete tracio se arrojó contra Dositeo y le cortó el brazo por el hombro, de modo que Gorgias logró escapar a la ciudad de Maresá.
36 A causa del largo tiempo de combate, los soldados mandados por Esdrías estaban extenuados. Por eso Judas suplicó al Señor que se manifestara en su favor y los dirigiera en la batalla.
37 Luego entonó himnos en su lengua materna, lanzó un grito de guerra y, cayendo por sorpresa sobre las huestes de Gorgias, las derrotó.
38 Judas reunió sus tropas y se dirigió a la ciudad de Adulán. Como ya estaban cerca del séptimo día de la semana, se purificaron conforme a los ritos acostumbrados y celebraron allí el sábado.