5 Cuando Judas se enteró de aquella crueldad cometida contra sus compatriotas, reunió a los hombres que iban con él,
6 invocó a Dios, el justo juez, y se dirigió contra los asesinos de sus hermanos. Durante la noche prendió fuego al puerto, incendió las naves y pasó a cuchillo a los que habían escapado del fuego.
7 Como las puertas estaban cerradas, no pudo entrar en la ciudad, pero se retiró con el propósito de volver más tarde y exterminar a todos los habitantes de Jope.
8 Pero entonces le comunicaron que los de Yamnia pensaban hacer lo mismo con los judíos residentes;
9 así que, durante la noche, cayó de pronto sobre la ciudad e incendió el puerto junto con las naves allí atracadas, de manera que el resplandor de las llamas se veía desde Jerusalén, a una distancia de cuarenta kilómetros.
10 Cuando se encontraban a unos dos kilómetros* en su marcha contra Timoteo, atacaron a Judas más de cinco mil soldados de infantería y quinientos jinetes árabes.
11 Trabaron un durísimo combate, pero los soldados de Judas, con la ayuda de Dios, lograron el triunfo. Los árabes nómadas derrotados pidieron la paz a Judas y se comprometieron a proveerles de ganado y a prestarles ayuda en lo sucesivo.