9 así que, durante la noche, cayó de pronto sobre la ciudad e incendió el puerto junto con las naves allí atracadas, de manera que el resplandor de las llamas se veía desde Jerusalén, a una distancia de cuarenta kilómetros.
10 Cuando se encontraban a unos dos kilómetros* en su marcha contra Timoteo, atacaron a Judas más de cinco mil soldados de infantería y quinientos jinetes árabes.
11 Trabaron un durísimo combate, pero los soldados de Judas, con la ayuda de Dios, lograron el triunfo. Los árabes nómadas derrotados pidieron la paz a Judas y se comprometieron a proveerles de ganado y a prestarles ayuda en lo sucesivo.
12 Judas, pensando que ellos podrían serles de mucha utilidad, accedió a hacer la paz. Y después de haberla concertado, los árabes se volvieron a sus tiendas de campaña.
13 Judas atacó después Caspín, ciudad fortificada con terraplenes, rodeada de murallas y habitada por gentes de diversas nacionalidades.
14 Los sitiados, confiados en la solidez de sus murallas y en que tenían gran provisión de víveres, se mostraban insolentes con los de Judas, insultándolos y profiriendo blasfemias y palabras soeces.
15 Entonces Judas y sus soldados se lanzaron furiosamente contra las murallas, invocando al supremo Soberano del universo que, sin arietes ni máquinas de guerra, había derribado en tiempos de Josué las murallas de Jericó.