22 Judas había situado en lugares estratégicos gente armada, dispuesta a intervenir si, inesperadamente, el enemigo los traicionaba. Pero en aquella entrevista llegaron los jefes a un acuerdo.
23 Nicanor residió por algún tiempo en Jerusalén. Allí se condujo con corrección, y licenció a las tropas que se le habían unido en masa.
24 Siempre tenía junto a él a Judas, a quien apreciaba sinceramente:
25 e incluso le aconsejó que se casara y tuviera hijos. Judas, siguiendo su consejo, se casó y vivió tranquilamente, gozando de la vida.
26 Pero Alcimo, al ver la amistad que había surgido entre los dos, se presentó a Demetrio después de haberse procurado una copia del tratado concertado, y acusó a Nicanor de faltar a los intereses de la nación, puesto que había nombrado sucesor suyo a Judas, que era enemigo del reino.
27 El rey se enfureció sobremanera debido a las calumnias de aquel gran malvado y escribió a Nicanor comunicándole que él estaba en contra del pacto y ordenándole que pusiera preso al Macabeo y lo enviara inmediatamente a Antioquía.
28 Cuando Nicanor recibió la carta, se llenó de consternación, porque no quería romper el pacto, ya que Judas no había cometido ninguna mala acción.