5 pero más tarde encontró una oportunidad favorable para sus torpes designios, pues Demetrio lo citó juntamente con sus consejeros y le preguntó cuáles eran las disposiciones y los planes de los judíos. Alcimo le respondió:
6 — Los judíos llamados asideos, cuyo jefe es Judas Macabeo, fomentan la guerra y las sediciones, no permitiendo que el reino permanezca en paz.
7 Por eso, yo mismo, que he sido despojado de mi dignidad hereditaria, o sea, del sumo sacerdocio, he venido ahora aquí:
8 en primer lugar, porque estoy sinceramente interesado en los asuntos del rey; y después por atender al bien de mis conciudadanos, pues toda nuestra nación está sufriendo no pocas desdichas a causa de la locura de los asideos.
9 Por tanto, tú, oh rey, infórmate bien de todo esto y, de acuerdo con tu humanidad y generosidad, toma las medidas que mejor convengan a nuestro país y a nuestro pueblo que está amenazado por uno y otro lado.
10 ¡Mientras Judas siga vivo, será imposible que haya paz en el reino!
11 Al escuchar las palabras de Alcimo, los demás amigos del rey y enemigos de Judas, se apresuraron a excitar todavía más la ira de Demetrio.