7 Por eso, yo mismo, que he sido despojado de mi dignidad hereditaria, o sea, del sumo sacerdocio, he venido ahora aquí:
8 en primer lugar, porque estoy sinceramente interesado en los asuntos del rey; y después por atender al bien de mis conciudadanos, pues toda nuestra nación está sufriendo no pocas desdichas a causa de la locura de los asideos.
9 Por tanto, tú, oh rey, infórmate bien de todo esto y, de acuerdo con tu humanidad y generosidad, toma las medidas que mejor convengan a nuestro país y a nuestro pueblo que está amenazado por uno y otro lado.
10 ¡Mientras Judas siga vivo, será imposible que haya paz en el reino!
11 Al escuchar las palabras de Alcimo, los demás amigos del rey y enemigos de Judas, se apresuraron a excitar todavía más la ira de Demetrio.
12 Este eligió en seguida a Nicanor, que tenía bajo su mando la división de elefantes, lo nombró gobernador de Judea y lo envió
13 con la orden de acabar con Judas, de dispersar sus tropas y restablecer a Alcimo en el sumo sacerdocio del más excelso de los Templos.