17 Dios, que ha salvado a todo su pueblo, ha devuelto a todos la heredad, el reino, el sacerdocio y el Templo,
18 tal como lo había prometido mediante la ley. Por eso confiamos en que también tendrá compasión de nosotros, y que pronto nos reunirá desde todas partes del mundo en el lugar santo; pues él nos ha librado de graves males y ha purificado el Templo”.
19 Esta es la historia de Judas Macabeo y sus hermanos, de la purificación del gran Templo, de la dedicación del altar
20 y de las guerras contra Antíoco Epífanes y su hijo Eupátor.
21 También de las manifestaciones celestiales en favor de los que combatieron valerosamente por el judaísmo, quienes, aunque eran pocos en número, se apoderaron del país y expulsaron a los ejércitos extranjeros.
22 Recuperaron el Templo, famoso en todo el mundo, liberaron la ciudad y restablecieron las leyes que estaban a punto de ser abolidas, pues el Señor, en su benignidad, los hizo objeto de su misericordia.
23 Aunque todas esas cosas fueron narradas en cinco libros por Jasón de Cirene, nosotros trataremos de resumirlas en uno solo.