14 de que los sacerdotes perdieron el celo por servir al altar, despreciaron el Templo y descuidaron los sacrificios. Por eso, en cuanto sonaba la señal del lanzamiento del disco, corrían a tomar parte en las competiciones de la palestra, prohibidas por la ley.
15 Despreciaban por entero los valores propios de su patria y, en cambio, valoraban muy alto las glorias helénicas.
16 Pero precisamente esto atrajo sobre ellos una situación calamitosa, porque aquellos mismos a los que seguían e imitaban se convirtieron más tarde en sus enemigos y opresores.
17 Y es que las leyes divinas no pueden violarse impunemente, como se verá en el momento oportuno.
18 Cuando en Tiro, en presencia del rey, se celebraron los juegos quinquenales,
19 el malvado Jasón envió, en representación de Jerusalén, algunos antioquenos allí residentes a quienes dio trescientas dracmas de plata para que ofrecieran un sacrificio a Hércules. Pero no pareciéndoles a ellos oportuno usar el dinero en semejante sacrificio, decidieron aplicarlo a otros gastos.
20 Así pues, por propia iniciativa de los portadores, en vez de hacer un sacrificio en honor de Hércules dedicaron el dinero a la construcción de trirremes.