12 El rey y los que lo acompañaban estaban asombrados por el valor de aquel joven, que no temía al tormento.
13 Después de él, torturaron igualmente al cuarto que,
14 estando a punto de morir, dijo:— Quienes mueren víctimas de la crueldad humana, albergan la esperanza de que Dios los resucitará. Para ti, sin embargo, no habrá resurrección a la vida.
15 Trajeron en seguida al quinto y comenzaron a torturarlo;
16 y él, mirando al rey, dijo:— Tú, aunque eres mortal, tienes poder sobre seres humanos y haces lo que mejor te parece: pero no pienses que Dios ha abandonado a nuestro pueblo.
17 Aguarda un poco y verás cómo, con su gran poder, te atormentará a ti y a tus descendientes.
18 Luego trajeron al sexto que, ya al borde de la muerte, dijo:— No te hagas vanas ilusiones, pues nosotros padecemos por nuestra propia culpa. Por haber pecado contra nuestro Dios, nos suceden estas cosas terribles.