8 Al ver Filipo los progresos de Judas, y que sus triunfos eran cada vez más frecuentes, escribió a Tolomeo, gobernador de Celesiria y Fenicia, para que acudiera a defender los intereses del rey.
9 Tolomeo eligió inmediatamente a Nicanor, hijo de Patroclo, uno de sus mejores amigos, y lo puso al mando de no menos de veinte mil soldados de muchos países, con la orden de exterminar a todos los judíos. Junto con él, designó a Gorgias, un general muy experimentado en temas bélicos.
10 Nicanor calculó que, con el producto de la venta de los judíos que iban a hacer prisioneros, el rey podría pagar el tributo de dos mil talentos que debía a los romanos.
11 Por tanto, mandó en seguida comunicados a las ciudades de la costa, invitando a tomar parte en la compra de esclavos judíos y prometiendo entregar noventa esclavos por talento. Sin embargo, no se detuvo a pensar el castigo que pronto le infligiría el Todopoderoso.
12 Cuando Judas se enteró de la expedición de Nicanor, comunicó a sus soldados que el ejército enemigo estaba cerca;
13 entonces los cobardes y los que desconfiaban de la justicia de Dios, huyeron a otro lugar en busca de refugio.
14 Pero hubo otros que vendieron lo que les quedaba, mientras rogaban al Señor que librara del impío Nicanor a quienes ya este había vendido antes de entrar en combate.