13 El Señor había advertido a Israel y a Judá, por medio de todos sus profetas y videntes: “Apártense de su mal camino y guarden mis mandatos y preceptos, de acuerdo con la ley que di a sus antepasados y que les transmití por medio de mis siervos, los profetas”.
14 Pero ellos no hicieron caso, se obstinaron tanto como sus antepasados que no habían confiado en el Señor su Dios,
15 y despreciaron sus decretos, la alianza que había hecho con sus antepasados y las advertencias que les había hecho. Siguieron al vacío y se quedaron vacíos; siguieron a las naciones de su alrededor, aunque el Señor les había prohibido imitarlas.
16 Abandonaron los mandamientos del Señor, su Dios: se fabricaron dos becerros de metal fundido y una representación de Astarté y adoraron a todas las fuerzas astrales y a Baal.
17 Incluso llegaron a quemar a sus hijos e hijas en sacrificio, practicaron la adivinación y la brujería y se dedicaron a ofender al Señor y a provocar su indignación.
18 Por todo ello el Señor se enfureció contra Israel, los expulsó de su presencia, y sólo quedó la tribu de Judá.
19 Pero tampoco Judá guardó los mandamientos del Señor, su Dios, sino que imitó las costumbres introducidas por Israel.