11 Nabusardán, jefe de la guardia, se llevó deportados al resto de la gente que había quedado en la ciudad, a los que se habían pasado al rey de Babilonia y al resto de la población.
12 El jefe de la guardia sólo dejó a unos pocos de la gente humilde del país al cuidado de las viñas y los campos.
13 Los caldeos destrozaron las columnas de bronce del Templo del Señor, los pedestales y la pila de bronce que había en el Templo y se llevaron el bronce a Babilonia.
14 También se llevaron las ollas, las palas, los cuchillos, las bandejas y todos los objetos de bronce destinados al culto.
15 El jefe de la guardia se llevó consigo los incensarios y aspersorios, tanto los que eran de oro como los que eran de plata.
16 Las dos columnas, la pila de bronce y los pedestales (todo lo que Salomón mandó hacer para el Templo del Señor) tenían un peso en bronce incalculable.
17 Cada columna medía unos nueve metros de altura y estaba rematada por un capitel de bronce de unos dos metros y medio de altura, adornado por guirnaldas y granadas a su alrededor, todo de bronce. Las dos columnas eran iguales.