14 el rey de Siria envió allí un gran destacamento de tropas con caballos y carros, que llegaron de noche y cercaron la ciudad.
15 Cuando el criado del profeta se levantó al amanecer, salió y descubrió que un ejército cercaba la ciudad con caballos y carros. Entonces dijo a Eliseo:— ¡Ay, maestro! ¿Qué hacemos?
16 Él respondió:— No temas. Los nuestros son más que los de ellos.
17 Luego oró así:— Señor, ábrele los ojos para que pueda ver.El Señor abrió los ojos al criado y este vio que el monte estaba lleno de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo.
18 Cuando los sirios bajaban a capturarlo, Eliseo oró de nuevo al Señor:— Deja ciega a esa gente.Y el Señor los dejó ciegos conforme a la petición de Eliseo.
19 Entonces Eliseo les dijo:— Este no es el camino, ni esta la ciudad. Síganme y los llevaré hasta el hombre que buscan.Y los llevó a Samaría.
20 Cuando llegaron a Samaría, Eliseo oró:— Señor, ábreles los ojos, para que puedan ver.El Señor les abrió los ojos y ellos descubrieron que estaban dentro de Samaría.