10 David iba haciéndose cada día más poderoso, pues el Señor, Dios del Universo estaba con él.
11 Jirán, rey de Tiro, envió emisarios a David con madera de cedro, carpinteros y canteros, para construirle un palacio.
12 Entonces David comprendió que el Señor lo había consolidado como rey de Israel y que hacía prosperar su reino por amor a su pueblo Israel.
13 Después de abandonar Hebrón, David tomó en Jerusalén otras concubinas y esposas, que le dieron nuevos hijos e hijas.
14 He aquí los nombres de los hijos que le nacieron en Jerusalén: Samúa, Sobab, Natán, Salomón,
15 Jibjar, Elisúa, Néfeg, Jafía,
16 Elisamá, Elyadá y Elifélet.