24 Cuando las provincias más ricas se sientan confiadas, las invadirá y llevará a cabo lo que no habían hecho ni sus padres ni sus abuelos: repartir el botín, los despojos y las riquezas entre sus seguidores. Planeará el ataque de las ciudades fortificadas, aunque por breve tiempo.
25 Desplegará todo su poder y su coraje para atacar al rey del sur con un gran ejército. El rey del sur le hará frente con un ejército enorme y muy poderoso, pero no podrá resistir a causa de las conspiraciones urdidas contra él,
26 pues hasta sus propios comensales intentarán destruirlo. Su ejército será aniquilado y muchos caerán en el campo de batalla.
27 Los dos reyes, urdiendo planes funestos, se sentarán a la misma mesa y se intercambiarán mentiras, pero nada de lo que planeen tendrá éxito, pues el fin sólo llegará en el tiempo fijado.
28 El rey del norte volverá a su país con grandes riquezas, pero planeando hacer frente a la santa alianza, proyecto que llevará a cabo antes de regresar.
29 Volverá e invadirá el sur en el tiempo fijado, pero esta vez las cosas no serán como la vez anterior,
30 pues lo atacarán naves de Quitín. Él se acobardará y huirá, pero desfogará su cólera contra la santa alianza. Y volverá a ponerse de acuerdo con los dispuestos a abandonar la santa alianza.