2 Dije a la risa: ¡desquiciada! Y a la alegría: ¿para qué sirves?
3 Probé a regalar mi cuerpo con vino y a entregarme a la necedad, sin renunciar a la sabiduría, para descubrir en qué consistía el bienestar de los seres humanos y qué es lo que hacían bajo el cielo en los días contados de su vida.
4 Realicé grandes obras: me construí palacios, planté viñas,
5 me hice huertos y jardines y en ellos planté toda clase de frutales;
6 perforé pozos para regar con ellos un bosque lleno de árboles.
7 Compré esclavos y esclavas, además de los nacidos en casa; reuní también muchos más rebaños de vacas y ovejas que todos mis predecesores en Jerusalén.
8 Acumulé plata y oro y una fortuna proveniente de reyes y provincias; me procuré cantores y cantoras, placeres humanos y un harén de concubinas.