2 Me hizo pasar por entre ellos, de aquí para allá, y pude ver que eran muchísimos; cubrían la superficie de la llanura y estaban completamente secos.
3 Me dijo:— Hijo de hombre, ¿volverán a vivir estos huesos?Yo respondí:— Señor Dios, tu lo sabes.
4 De nuevo me dirigió la palabra:— Profetiza sobre estos huesos. Diles: ¡Huesos secos, escuchen la palabra del Señor!
5 Esto dice el Señor Dios a estos huesos: Voy a infundir en ustedes un espíritu que los hará revivir.
6 Les pondré nervios y haré que les crezca carne; los cubriré de piel y les infundiré un espíritu que los hará revivir. Y reconocerán que yo soy el Señor.
7 Yo profeticé conforme me fue ordenado. Mientras estaba profetizando, oí un ruido y sentí que todo temblaba. Entonces los huesos se ensamblaron entre sí.
8 Pude ver cómo les crecían nervios y carne, y cómo se cubrían de piel de abajo arriba. Pero no tenían espíritu.