9 Si encuentras la copa en poder de alguno de nosotros, que muera el que la tenga; el resto de nosotros seremos esclavos de mi señor.
10 Entonces el mayordomo dijo:— Que sea como ustedes dicen, pero sólo el que tenga la copa será mi esclavo, los demás podrán marcharse.
11 Cada uno de ellos bajó aprisa su costal al suelo, y lo abrió.
12 El mayordomo registró cada costal, comenzando por el del hermano mayor y terminando por el del menor. ¡Y encontró la copa en el costal de Benjamín!
13 Al ver esto, ellos se rasgaron las vestiduras, volvieron a cargar cada uno su asno y regresaron a la ciudad.
14 Todavía estaba José en casa cuando llegaron Judá y los otros hermanos. Entonces se inclinaron rostro en tierra,
15 y José les preguntó:— ¿Qué es lo que han hecho? ¿Acaso no saben que un hombre como yo tiene el don de adivinar?