1 El Señor dijo a Josué:
2 — Manda a los israelitas que señalen las ciudades de asilo, de las que yo les hablé por medio de Moisés.
3 En ellas podrá refugiarse el homicida que haya matado a alguien involuntariamente; esas ciudades le servirán de asilo para escapar del vengador de la sangre.
4 El homicida huirá a una de esas ciudades: se detendrá a la entrada de la puerta de la ciudad y expondrá su caso a los ancianos de la ciudad. Estos lo admitirán en su ciudad y le asignarán una casa para que habite con ellos.