2 — Escojan doce hombres del pueblo, uno por cada tribu,
3 y mándenlos que saquen doce piedras del lecho del Jordán, donde los sacerdotes han estado parados; luego llévenlas con ustedes y deposítenlas en el lugar en que pernocten.
4 Llamó Josué a los doce hombres que había elegido de entre los israelitas, uno por cada tribu,
5 y les dijo:— Entren hasta el medio del Jordán, donde está el Arca de la alianza del Señor, y cargue cada uno al hombro una piedra, una por cada tribu de Israel,
6 para que sirva de recuerdo conmemorativo entre ustedes. Cuando el día de mañana les pregunten sus hijos: “¿Qué hacen ahí esas piedras?”,
7 les responderán: “Es que las aguas del Jordán quedaron cortadas ante el Arca de la alianza del Señor: cuando el Arca cruzaba el Jordán, las aguas del Jordán se cortaron”. Estas piedras servirán a los israelitas de recuerdo para siempre.
8 Los israelitas hicieron lo que Josué les mandó: sacaron doce piedras del lecho del Jordán, una por cada tribu de Israel, tal como había mandado el Señor a Josué; las llevaron al lugar donde iban a pernoctar y las depositaron allí.