12 Al verlos, los asirios mandaron aviso a sus oficiales, los cuales se dirigieron a los comandantes, a los capitanes y al resto de los jefes.
13 Acudieron todos a la tienda de campaña de Holofernes y dijeron a su ayudante:— Despierta a nuestro señor, porque esos esclavos han tenido la osadía de bajar a pelear contra nosotros, como si quisieran ser destruidos de una vez para siempre.
14 Entró Bagoas y llamó desde la entrada de la tienda, porque pensaba que Holofernes estaría durmiendo con Judit;
15 pero como nadie respondía, descorrió la cortina y entró en el dormitorio, donde lo encontró muerto, tirado en el suelo y sin cabeza.
16 Dio un fuerte grito, se puso a llorar y a lamentarse con grandes voces, y se rasgó las vestiduras.
17 En seguida entró en la tienda donde Judit había estado alojada y, al no encontrarla, se precipitó en medio de la gente, gritando:
18 — ¡Esos esclavos nos han traicionado! ¡Una sola mujer hebrea ha traído la deshonra sobre la casa del rey Nabucodonosor! ¡Miren a Holofernes, tirado en tierra, sin cabeza!