2 — Pregonen esto, por favor, a todos los señores de Siquén*: “¿Qué les conviene más, que les estén mandando setenta hombres, todos los hijos de Jerubaal, o que les mande uno solo? Recuerden, además, que yo formo parte de su familia”.
3 Los hermanos de su madre hablaron de él en los mismos términos a todos los señores de Siquén, y el corazón de estos se inclinó hacia Abimélec, porque se decían: “Es nuestro hermano”.
4 Le dieron setenta siclos de plata del templo de Baal Berit, con los que Abimélec contrató a unos hombres miserables y vagabundos, que se fueron con él.
5 Se dirigió a casa de su padre, a Ofrá, y mató a sus hermanos, los hijos de Jerubaal, setenta hombres en total, sobre una misma piedra. Sólo escapó Jotán, el hijo pequeño de Jerubaal, porque se escondió.
6 Luego se reunieron todos los señores de Siquén y de Bet Miló*, y proclamaron rey a Abimélec junto a la encina de la estela que hay en Siquén.
7 Le informaron de esto a Jotán, que subió a la cumbre del monte Garizín, alzó la voz y gritó:Escúchenme, señores de Siquén,y que Dios los escuche.
8 Una vez los árboles se fueronpara ungir a uno como su rey.Y dijeron al olivo: “Sé tú nuestro rey”.