44 entonces el sacerdote volverá a examinarla: si resulta que las manchas se han extendido por toda la casa, es un caso de lepra maligna en la casa; la casa es impura:
45 deberá ser demolida y sus piedras, sus maderos y la argamasa de sus muros, serán arrojados a un lugar impuro fuera de la ciudad.
46 Y cualquiera que hubiere entrado en aquella casa durante los días en que estuvo clausurada, quedará impuro hasta la noche.
47 Igualmente, el que haya dormido o comido en dicha casa, deberá lavar sus ropas.
48 Pero si el sacerdote entra y, al examinar la casa, observa que las manchas no se han extendido después que la casa fue recubierta, declarará pura la casa, porque la infección ha desaparecido.
49 Para purificar la casa el sacerdote tomará dos aves, madera de cedro, una cinta escarlata e hisopo;
50 inmolará una de las aves en una vasija de barro que contenga agua corriente;