10 — Habla a los israelitas y diles: Cuando hayan entrado en la tierra que yo les entrego y sieguen allí su mies, llevarán una gavilla de espigas al sacerdote como primicia de su cosecha.
11 El sacerdote hará con la gavilla el rito de la elevación en presencia del Señor, para que sean aceptados; hará dicho rito el día siguiente al sábado.
12 Y el mismo día en que ofrezcan la gavilla, ofrecerán un cordero de un año, sin defecto alguno, en holocausto al Señor
13 con la correspondiente ofrenda de cereal: ocho kilos* de flor de harina amasada con aceite, ofrenda de olor grato al Señor; y también la correspondiente libación de dos litros de vino.
14 Hasta el mismo día que presenten esa ofrenda a su Dios, no comerán pan, ni grano tostado, ni espigas frescas; es una norma perpetua para las futuras generaciones dondequiera que habiten.
15 Desde el día en que ofrecieron la gavilla de espigas mediante el rito de la elevación*, es decir, desde el día siguiente al sábado, contarán siete semanas completas.
16 Deberán contar hasta el día siguiente de la séptima semana, es decir, cincuenta días; entonces presentarán al Señor una ofrenda de grano nuevo.