1 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2 — Habla a los israelitas y diles: Esto harán cuando alguien peque inadvertidamente contra alguno de los mandamientos del Señor y haga algo prohibido:
3 Si es el sacerdote ungido el que ha pecado, haciendo con ello culpable al pueblo, ofrecerá al Señor un novillo sin defecto alguno como ofrenda de purificación por el pecado que ha cometido.
4 Traerá el novillo ante el Señor a la entrada de la Tienda del encuentro, pondrá su mano sobre la cabeza del novillo y lo degollará en presencia del Señor.
5 El sacerdote ungido tomará sangre del novillo y la traerá a la Tienda del encuentro;
6 luego mojará su dedo en la sangre y hará con ella siete aspersiones hacia el velo del santuario, en presencia del Señor.