5 Así dice ahora el Señor del universo: Voy a entablar juicio contra ustedes y a testificar diligentemente contra los hechiceros, adúlteros o perjuros, contra los que defraudan al jornalero en su salario, contra los que oprimen a la viuda y al huérfano, o sojuzgan al extranjero y no sienten ningún respeto por mí.
6 Yo, el Señor, no cambio, pero ustedes no han dejado de ser hijos de Jacob.
7 Desde los días de sus antecesores se apartaron de mis preceptos y continúan incumpliéndolos. ¡Vuélvanse a mí y yo me volveré hacia ustedes!, —dice el Señor del universo—. Sin embargo, ustedes replican: “¿En qué hemos de cambiar?”.
8 ¿Acaso es justo que una persona defraude al Señor como ustedes me están defraudando? De nuevo replican: “¿En qué te hemos defraudado?”. ¡En los diezmos y en las ofrendas!
9 Por eso están amenazados de maldición, porque todos ustedes, la nación entera, no cesan de defraudarme.
10 Traigan los diezmos íntegros a los almacenes del Templo para que no falten víveres en él; pónganme a prueba procediendo así —dice el Señor del universo— y verán cómo abro las ventanas del cielo para derramar sobre ustedes bendiciones a raudales.
11 Alejaré de ustedes la plaga voraz para que no destruya el fruto de su tierra ni malogre el viñedo de sus campos —dice el Señor del universo—.