17 Esto reflexionaba para mis adentrosy esto consideraba en mi interior:comprendí entonces en mi corazónque inmortalidad y sabiduría están emparentadas,
18 que su amistad conlleva un honroso deleite,que el trabajo de sus manos es riqueza inagotable,que en su trato asiduo se encuentra la prudencia,en conversar con ella, la celebridad.Así que anduve por todas partesbuscando cómo hacerla mi esposa.
19 Yo era un muchacho bueno por naturaleza,y me tocó en suerte un alma bondadosa;
20 o mejor, siendo yo de buena índole,entré en un cuerpo sin mancha.
21 Pero entendí que no podría alcanzar la sabiduría,si no era el mismo Dios quien me la daba,—y ya era señal de prudencia saber el origen de tal don—.Así que me dirigí al Señor suplicando de todo corazón: