22 Al contrario, cuanto más frágil parece un miembro, más imprescindible es,
23 y rodeamos de especial cuidado aquellas partes que menos parecerían merecerlo. Asimismo, tratamos con mayor decoro las que consideramos más indecorosas,
24 pues las que en sí mismas son decorosas no necesitan especial cuidado. Dios mismo ha organizado el cuerpo dando más honor a lo que menos parece tenerlo,
25 a fin de que no existan divisiones en el cuerpo, sino que todos los miembros por igual se preocupen unos de otros.
26 Y así, cuando un miembro sufre, todos sufren con él, y cuando recibe una especial distinción, todos comparten su alegría.
27 Ustedes forman el cuerpo de Cristo, y cada uno por separado constituye un miembro.
28 Es Dios quien ha asignado en la Iglesia un puesto a cada uno: en primer lugar están los apóstoles; en segundo lugar, los que comunican mensajes de parte de Dios; en tercer lugar, los encargados de enseñar; vienen después los que tienen el don de hacer milagros, de realizar curaciones, de asistir a los necesitados, de presidir la asamblea, de hablar un lenguaje misterioso.