10 Es claro que no hablaba en plural, de todos los lujuriosos de este mundo, como tampoco de todos los avaros, ladrones o idólatras, pues en tal caso tendrían que vivir en otro mundo.
11 Lo que realmente quería decirles en la carta es que no tengan trato con quien presume de cristiano y es lujurioso, avaro, idólatra, calumniador, borracho o ladrón. Con alguien así, ¡ni sentarse a la mesa!
12 No me corresponde a mí juzgar a quienes no forman parte de la Iglesia. Pero juzgar a quienes forman parte de ella, sí es cosa de ustedes.
13 A los que están fuera ya los juzgará Dios. Así que eliminen el malde entre ustedes.