5 a quienes el poder de Dios asegura, mediante la fe, la salvación que ha de revelarse en el momento final.
6 Por eso viven alegres, aunque por un poco tiempo todavía sea necesario que soporten la aflicción de múltiples pruebas.
7 Claro que así la autenticidad de la fe que ustedes profesan —de más valor que el oro, que no deja de ser caduco aunque sea acrisolado por el fuego— será motivo de alabanza, de gloria y de honor, cuando se manifieste Jesucristo,
8 a quien aman y en quien confían aun sin haberlo visto. Ustedes se alegrarán, con un gozo inenarrable y radiante,
9 al recibir la salvación, meta de la fe.
10 Acerca de esta salvación indagaron e investigaron los profetas cuando anunciaban los bienes que Dios tenía destinados para ustedes.
11 Pretendían así averiguar a qué persona y a qué tiempo se refería el Espíritu de Cristo, que alentaba en ellos, cuando anunciaba de antemano lo que Cristo había de sufrir y la gloria que seguiría a tales sufrimientos.