10 “Porque sus cartas —dicen algunos— son duras y fuertes, pero en persona es un pobre hombre y, como orador, un desastre”.
11 Pues sepa la persona que tal dice, que soy muy capaz de llevar a la práctica, estando presente, lo que digo en mis cartas estando ausente.
12 ¡Cómo voy a osar igualarme o compararme con esos que se hacen su propia propaganda! Al medirse con la medida que ellos mismos fabrican y compararse con ellos mismos, demuestran que son necios.
13 Por mi parte, no quiero presumir más de la cuenta, sino que me atengo a la parcela de trabajo que Dios me encomendó y que me ha permitido llegar hasta ustedes.
14 No estoy, pues, extralimitándome como si ustedes no formaran parte de mi campo; en realidad, fui el primero en llegar hasta ustedes con el mensaje de Cristo.
15 Tampoco presumo indebidamente de trabajos hechos por otros, aunque sí abrigo la esperanza de que, al crecer la fe de ustedes, se haga mucho más amplio mi campo de acción entre ustedes, siempre dentro de los límites que se me han marcado.
16 Espero, incluso, anunciar el mensaje de salvación más allá de Corinto, sin presumir de campos ajenos ya cultivados.