8 Así que no te avergüences de dar la cara por nuestro Señor y por mí, su prisionero; al contrario, sostenido por la fuerza de Dios, sufre juntamente conmigo por la propagación del mensaje evangélico.
Leer capítulo completo 2 Timoteo 1
Ver 2 Timoteo 1:8 en contexto