1 Así pues, tú, hijo mío, mantente fuerte, apoyado en la gracia de Cristo Jesús.
2 Y lo que me oíste proclamar en presencia de tantos testigos, confíalo a personas fieles, capaces a su vez de enseñarlo a otras personas.
3 Como fiel soldado de Cristo, no te eches atrás a la hora de las penalidades.
4 Ningún soldado en activo se enreda en asuntos civiles a fin de estar a entera disposición de quien lo alistó.