16 En la primera vista de mi causa ante el tribunal, ninguno me asistió; todos me desampararon. ¡Que Dios no se lo tenga en cuenta!
17 Pero el Señor estuvo conmigo y me dio fuerzas para llevar a buen término el anuncio del mensaje, de modo que todos los paganos pudieron escucharlo. El Señor, que me libró de la boca del león,
18 seguirá librándome de todo lo malo y me otorgará la salvación en su reino celestial. A él la gloria por siempre y para siempre. Amén.
19 Saluda a Prisca y a Áquila*; también a la familia de Onesíforo.
20 Erasto* se quedó en Corinto. Trófimo cayó enfermo y tuve que dejarlo en Mileto.
21 Date prisa y ven antes del invierno.Saludos de Éubulo, Pudente, Lino, Claudia y de todos los hermanos.
22 Que el Señor esté contigo y que la gracia los acompañe a todos ustedes.