14 Dejemos, pues, de ser niños zarandeados por las olas y arrastrados a la deriva por cualquier doctrina seductora, a merced de esa gente maestra en las artimañas del error.
15 Vivamos, en cambio, con autenticidad en el amor y esforcémonos por crecer en todo, puesta la mira en aquel que es la cabeza: Cristo.
16 Él es quien hace que el cuerpo entero, bien ensamblado y unido mediante el conjunto de ligamentos que lo alimentan según la actividad propia de cada miembro, vaya creciendo como tal cuerpo de modo que se construya a sí mismo en el amor.
17 Esto es, pues, lo que les digo y recomiendo en nombre del Señor: ¡No se comporten más como los paganos, dejándose llevar por sus criterios sin consistencia!
18 Ellos tienen la inteligencia embotada y viven lejos de Dios, por cuanto son ignorantes y duros de corazón.
19 Han perdido el sentido del bien y se han entregado al vicio y a toda suerte de impureza y de avaricia.
20 ¡Pero no es eso lo que ustedes han aprendido sobre Cristo!