4 Jesucristo, que ha entregado su vida por nuestros pecados y nos ha liberado de esta era infestada de maldad, conforme a lo dispuesto por Dios nuestro Padre,
5 a quien pertenece la gloria por siempre. Amén.
6 ¡No salgo de mi asombro*! ¡Hay que ver con qué rapidez ustedes han desertado de aquel que los llamó mediante la gracia de Cristo y se han pasado a otro mensaje!
7 ¿Qué digo otro? Lo que pasa es que algunos los desconciertan intentando deformar el mensaje evangélico de Cristo.
8 Pero sea quien sea —yo mismo o incluso un ángel venido del cielo— el que les anuncie un mensaje diferente del que yo les anuncié*, ¡caiga sobre él la maldición!
9 Se lo dije a ustedes en otra ocasión y lo repito ahora: si alguien les anuncia un mensaje distinto al que han recibido, ¡caiga sobre él la maldición!
10 ¿A quién pretendo yo ahora ganarme? ¿A quién busco agradar? ¿A Dios o a personas humanas? Si todavía tratase de seguir agradando a personas humanas, no sería siervo de Cristo.