22 Pero la Escritura presenta al mundo entero dominado por el pecado, precisamente para que se conceda a los creyentes la promesa que Dios les hizo por medio de la fe en Jesucristo.
23 Antes de llegar a la fe éramos prisioneros de la ley, esperando encarcelados que se revelara la fe.
24 Así fue como la ley nos condujo hasta Cristo para que recibiéramos la salvación por medio de la fe.
25 Pero ahora, una vez que la fe ha llegado, ya no estamos bajo el dominio de ningún acompañante.
26 En efecto, todos ustedes, los que creen en Cristo Jesús, son hijos de Dios,
27 pues todos ustedes los que han sido bautizados en Cristo, de Cristo han sido revestidos.
28 Ya no hay distinción entre judío y no judío, ni entre esclavo y libre, ni entre varón y mujer. En Cristo Jesús, todos ustedes son uno.