13 Llamó a la puerta principal; una joven sirviente llamada Rode se acercó a ver quién era
14 y, al reconocer la voz de Pedro, se puso tan alegre que, en lugar de abrir la puerta, corrió al interior para avisar que Pedro estaba en el zaguán.
15 — ¡Estás loca! —le respondieron—.Como ella insistía en que era cierto, comentaron:— Debe de ser su ángel.
16 Mientras tanto, Pedro continuaba llamando. Cuando al fin abrieron y vieron que era él, quedaron atónitos.
17 Él les hizo señas de que guardaran silencio y les refirió cómo el Señor le había sacado de la cárcel. Y concluyó diciendo:— Comuníquenselo a Santiago y a los otros hermanos.Seguidamente partió hacia otro lugar.
18 No fue pequeña la confusión que hubo al día siguiente entre los soldados respecto al paradero de Pedro.
19 Herodes dio órdenes de buscarlo; y como no hubo manera de dar con él, sometió a interrogatorio a los guardias y mandó ejecutarlos. Se trasladó después de Judea a Cesarea, donde pasó algún tiempo.