14 Jesús encontró a mano un asno y montó sobre él. Así lo había predicho la Escritura:
15 No temas, Jerusalén ; mira, tu rey viene a ti montado sobre un asno.
16 Sus discípulos no entendieron entonces el significado de este gesto; solamente después, cuando Jesús fue glorificado, recordaron que aquello que habían hecho con Jesús ya estaba escrito de antemano sobre él.
17 Y la gente que estaba con él cuando resucitó a Lázaro y mandó que saliera del sepulcro, contaba también lo que había visto.
18 Así que una multitud, impresionada por el relato del milagro, salió en masa al encuentro de Jesús.
19 En vista de ello, los fariseos comentaban entre sí:— Ya ven que no conseguimos nada; todo el mundo lo sigue.
20 Entre los que habían llegado a Jerusalén para dar culto a Dios con ocasión de la fiesta, se encontraban algunos griegos.