26 Volvieron a preguntarle:— ¿Qué fue lo que hizo contigo? ¿Cómo te dio la vista?
27 Él les contestó:— Ya se lo he dicho a ustedes y no me han hecho caso; ¿para qué quieren oírlo otra vez? ¿O es que quieren también ustedes hacerse discípulos suyos?
28 Los fariseos reaccionaron con insultos y le replicaron:— Discípulo de ese hombre lo serás tú; nosotros lo somos de Moisés.
29 Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios; en cuanto a este, ni siquiera sabemos de dónde es.
30 Él contestó:— ¡Eso es lo verdaderamente sorprendente! Resulta que a mí me ha dado la vista, y ustedes ni siquiera saben de dónde es.
31 Todo el mundo sabe que Dios no escucha a los pecadores; en cambio, escucha a todo aquel que lo honra y cumple su voluntad.
32 Jamás se ha oído decir de alguien que haya dado la vista a un ciego de nacimiento.