3 Jesús respondió:— Ni sus propios pecados ni los de sus padres tienen la culpa; nació así para que el poder de Dios resplandezca en él.
4 Mientras es de día debemos realizar lo que nos ha encomendado el que me envió; cuando llega la noche, nadie puede trabajar.
5 Mientras estoy en el mundo, yo soy la luz del mundo.
6 Dicho esto, escupió en el suelo, hizo un poco de lodo y lo extendió sobre los ojos del ciego.
7 Después le dijo:— Ahora vete y lávate en el estanque de Siloé (palabra que significa “enviado”).El ciego fue, se lavó y, cuando regresó, ya veía.
8 Sus vecinos y todos cuantos lo habían visto antes pidiendo limosna, comentaban:— ¿No es este el que se sentaba por aquí y pedía limosna?
9 Unos decían:— Sí, es el mismo.Otros, en cambio, opinaban:— No es él, sino uno que se le parece.Pero el propio interesado aseguraba:— Soy yo mismo.