17 Al decir Jesús esto, todos sus adversarios quedaron avergonzados. Por su parte, el pueblo se alegraba de las obras prodigiosas que él hacía.
18 Decía Jesús:— ¿Con qué puede compararse el reino de Dios? ¿Con qué lo compararé?
19 Puede compararse al grano de mostaza que un hombre sembró en su huerto, y que luego creció y se hizo como un árbol, entre cuyas ramas anidaron los pájaros.
20 Dijo también:— ¿A qué compararé el reino de Dios?
21 Puede compararse a la levadura que toma una mujer y la mezcla con tres medidas de harina para que fermente toda la masa.
22 De camino a Jerusalén, Jesús enseñaba a la gente de los pueblos y aldeas por donde pasaba.
23 Una vez, uno le preguntó:— Señor, ¿son pocos los que se salvan?Jesús les dijo: