25 Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el reino de Dios.
26 Los que estaban escuchando preguntaron:— Pues, en ese caso, ¿quién podrá salvarse?
27 Jesús contestó:— Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios.
28 Pedro le dijo entonces:— Tú sabes que nosotros hemos dejado nuestras cosas para seguirte.
29 Jesús les dijo:— Les aseguro que todo aquel que haya dejado casa, mujer, hermanos, padres o hijos por causa del reino de Dios,
30 recibirá mucho más en este mundo, y en el mundo venidero recibirá la vida eterna.
31 Jesús, tomando aparte a los Doce, les dijo:— Ya ven que estamos subiendo a Jerusalén, donde ha de cumplirse todo lo que escribieron los profetas acerca del Hijo del hombre.