10 También estaban allí los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley acusando a Jesús con vehemencia.
11 Por su parte, Herodes, secundado por sus soldados, lo trató con desprecio y se burló de él. Lo vistió con un manto resplandeciente y se lo devolvió a Pilato.
12 Aquel día, Herodes y Pilato se hicieron amigos, pues hasta aquel momento habían estado enemistados.
13 Entonces Pilato reunió a los jefes de los sacerdotes, a las autoridades y al pueblo,
14 y les dijo:— Ustedes me han traído a este hombre diciendo que está alterando el orden público; pero yo lo he interrogado delante de ustedes y no he encontrado en él ningún crimen de los que lo acusan.
15 Y Herodes tampoco, puesto que nos lo ha devuelto. Es evidente que no ha hecho nada que merezca la muerte.
16 Por tanto, voy a castigarlo y luego lo soltaré.[