30 La gente comenzará entonces a decir a las montañas: “¡Caigan sobre nosotros!”; y a las colinas: “¡Sepúltennos!”.
31 Porque si al árbol verde le hacen esto, ¿qué no le harán al seco?
32 Llevaban también a dos criminales para ejecutarlos al mismo tiempo que a Jesús.
33 Cuando llegaron al lugar llamado “La Calavera”, crucificaron a Jesús y a los dos criminales, uno a su derecha y otro a su izquierda.
34 Jesús entonces decía:— Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.Los soldados se repartieron las ropas de Jesús echándolas a suertes.
35 La gente estaba allí mirando, mientras las autoridades se burlaban de Jesús, diciendo:— Puesto que ha salvado a otros, que se salve a sí mismo si de veras es el Mesías, el elegido de Dios.
36 Los soldados también se burlaban de él: se acercaban para ofrecerle vinagre y le decían: