23 Les aseguro que si alguien dice a ese monte que se quite de ahí y se arroje al mar, y lo dice sin vacilar, creyendo de todo corazón que va a realizarse lo que pide, lo obtendrá.
24 Por eso les digo que obtendran todo lo que pidan en oración, si tienen fe en que van a recibirlo.
25 Y cuando estén orando, si tienen algo contra alguien, perdónenselo, para que también el Padre que está en los cielos les perdone el mal que ustedes hacen.
26 [Pero, si ustedes no perdonan, tampoco el Padre les perdonará el mal que ustedes hacen].
27 Cuando llegaron de nuevo a Jerusalén, mientras Jesús estaba paseando por el Templo, se acercaron a él los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos,
28 y le preguntaron:— ¿Con qué derecho haces tú todo eso? ¿Quién te ha autorizado a hacer lo que estás haciendo?
29 Jesús les contestó:— Yo también voy a preguntarles una cosa. Respóndanme y les diré con qué derecho hago todo esto.