14 Cuando vean que el ídolo abominable de la destrucción está en el lugar donde no debe estar (medite en esto el que lo lea), entonces los que estén en Judea huyan a las montañas;
15 el que esté en la azotea no baje ni entre en casa a recoger ninguna de sus cosas;
16 el que esté en el campo no regrese ni siquiera para recoger su manto.
17 ¡Ay de las mujeres embarazadas y de las que en esos días estén criando!
18 Oren para que todo esto no suceda en invierno,
19 porque aquellos días serán de un sufrimiento tal como no lo ha habido desde que el mundo existe, cuando Dios lo creó, hasta ahora, ni volverá a haberlo jamás.
20 Si el Señor no acortara ese tiempo, nadie podría salvarse. Pero él lo abreviará por causa de los que ha elegido.