28 [Así se cumplió la Escritura que dice: Fue incluido entre los criminales].
29 Los que pasaban lo insultaban y, meneando la cabeza, decían:— ¡Eh, tú que derribas el Templo y vuelves a edificarlo en tres días:
30 sálvate a ti mismo bajando de la cruz!
31 De igual manera los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley se burlaban de él diciéndose unos a otros:— Ha salvado a otros, pero no puede salvarse a sí mismo.
32 ¡Que baje ahora mismo de la cruz ese mesías, ese rey de Israel, para que lo veamos y creamos en él!Los otros que estaban crucificados junto a él, también lo llenaban de insultos.
33 Al llegar el mediodía, la tierra entera quedó sumida en oscuridad hasta las tres de la tarde.
34 A esa hora Jesús gritó con fuerza:— ¡Eloí, Eloí! ¿lemá sabaqtaní? (que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”).