5 Preguntaron, pues, a Jesús aquellos fariseos y maestros de la ley:— ¿Por qué tus discípulos no respetan la tradición de nuestros antepasados? ¿Por qué se ponen a comer con las manos impuras?
6 Jesús les contestó:— ¡Hipócritas! Bien profetizó Isaías acerca de ustedes cuando escribió: Este pueblo me honra de labios afuera, pero su corazón está muy lejos de mí.
7 Inútilmente me rinden culto, pues enseñan doctrinas que sólo son preceptos humanos.
8 Ustedes se apartan de los mandatos de Dios por seguir las tradiciones humanas.
9 Y añadió:— Así que, por mantener sus propias tradiciones, se despreocupan completamente de lo que Dios ha mandado.
10 Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y también: El que maldiga a su padre o a su madre será condenado a muerte.
11 En cambio, ustedes afirman que si alguno dice a su padre o a su madre: “Lo que tenía reservado para ayudarte, lo he convertido en corbán, es decir, en ofrenda para el Templo”,