12 Jesús les contestó:— Es cierto que Elías ha de venir primero para ponerlo todo en orden. Pero, por otra parte, ¿no dicen las Escrituras que el Hijo del hombre ha de sufrir mucho y que ha de ser ultrajado?
13 En cuanto a Elías, les aseguro que ya vino; pero ellos lo maltrataron a su antojo, tal como dicen las Escrituras sobre él.
14 Cuando volvieron a donde estaban los otros discípulos, vieron que había mucha gente reunida con ellos y que estaban discutiendo con los maestros de la ley.
15 Al ver a Jesús, la gente se quedó sorprendida y corrieron todos a saludarlo.
16 Jesús preguntó a sus discípulos:— ¿De qué están discutiendo con ellos?
17 Uno de entre la gente le contestó:— Maestro, te he traído a mi hijo, que está poseído por un espíritu mudo.
18 Cuando menos se espera, se apodera de él y lo derriba al suelo, haciéndole arrojar espuma por la boca y rechinar los dientes hasta que se queda rígido. Pedí a tus discípulos que lo expulsaran, pero no lo han conseguido.